viernes, 24 de abril de 2009

Món Feliç New Age

-¿A quién quieres presentarme senpai? – Dijo Javos extrañado, dado que en 5 años solo había podido gozar de la presencia de Deverman, su maestro.

- A alguien muy importante, no estoy solo en esta revolución Javos, es mas, el te contara toda la verdad.
- ¿Como que la verdad?

- Ya veras, tu espera, un momento que ahora aparecerá.

En aquel momento pasó por delate suyo una pequeña rana de apariencia asquerosilla, iva dando saltos y de repente se paro ante ellos y miro a Javos.

- Vaya, vaya ¿o sea que eres tu? ¿El famoso Javos? Dijo la rana.

- ¡Aaaaa, una rana que habla! – Grito javos.

En aquel momento empezó a pisarla i patearla.

- ¡Muere bicho poseído por el demonio!

- ¡Dios mío! ¡Javos para! ¡Por favor! – Gritó desesperado y sudando de nervios como un cerdo.

- ¡Ah ahh, no! ¡Por que tanto dolor!! – exclamo la inocente ranita.

Deverman agarro a Javos por los brazos e hizo calmarle.

- Esta es la persona que quería presentarte Javos.

- A… – Javos no sabía que decir, estaba muerto de vergüenza.

- Bueno - dijo la rana – No pasa nada hijo te perdono este pecado, bueno ¿vas a escucharme jovencito?

- Si, si, señora rana fea. – Dijo él.

Se sentaron al lado de su casita y empezó la explicación.

- Bueno – Prosiguió la rana.- Te voy a explicar una historia.

Mira niño no ser que te habrán enseñado sobre religiones y otras historias pero ahora yo te explicare la verdad, hay un dios un solo creador e importante dios, Rangnor. Es un dios que creó todo lo que conocemos, creo los monstruos, los animales, las personas, en fin todos los seres vivos. Creo todo y lo separo en distintas dimensiones, en distintos mundos, para que hubiera mas sitio y luego para que alguien vigilara a todo esto creo a 5 anillos con el poder de tele transportar a su portador, y luego a 5 personas poderosas, fuertes, indestructibles, casi tan poderosas como un dios, los Transportistas.

Luego creo el mundo donde vive él, que básicamente consiste en una gran ciudad, La cual se llama Amentis.

Y luego, después de construir su castillo creó otros seres muy poderosos, que le ayudarían a tomar las decisiones y ha hacer las cosas, les llamó Los Consejeros.

- Vale guai, ¿pero tú que especie de rana eres? ¿Has mutado? ¿O de lo fea que eres te ha salido voz?

- Mas respeto coño- Dijo Deverman mientras le daba un puñetazo en la cabeza.

- ¡Aaaa vale! – Dijo Javos tocándose el chichón.

- Ejemm- Dijo la rana- Bueno como iba diciendo. Luego dios colgó la túnica y empezó a descansar, tuvo un hijo y vivió tranquilo.

Un día, de hace algunos años, los consejeros anunciaban a la gente del pueblo la muerte de Rangnor

Pero en realidad no había muerto, los consejeros le encerraron i le quitaron sus poderes.

Claro, la gente del pueblo no puede entrar al castillo y no saben verdaderamente lo que pasa.

También encerraron a su hijo Caeles impidiendo que se sepa la verdad, así que lo tienen perfecto para dominar el mundo, ya que mataron a los transportistas originales y buscaron otros que cumplieran sus deseos.

- ¡Dios mío! ¡Que historia tan increíble! ¿Pero como pudieron matar a los transportadores si eran tan poderosos? – Dijo Javos.

- Bueno en realidad dos quedaron vivos. Pero y si quieres a uno puedes hacerle la pregunta que me acabas de formular – Dijo la rana.

- ¿¡Que!? ¿¡En serio!? ¿Donde esta?

- Lo tienes justo al lado.

Javos miró rápidamente a Deverman mientras le brillaban los ojos de emoción.

Deverman le hizo que si con la cabeza.

- ¡Dios mío! Deverman ¡eres guay! – Dijo Javos- Yo que te tenía en tan poca estima.

- ¿Será posible? – Contestó Deverman mientras le daba un segundo puñetazo.

- Bueno – Continuo la rana.- Por lo tanto Deverman y yo planeamos matar a los consejeros y liberar a Dios para que todo vuelva a ser como antes y parte del trabajo ya lo hiciste tú, matando a los nuevos transportistas, ahora ¿quieres unirte a nosotros Javos?

- ¡Claro que si! – Respondió el. – ¿Pero tu quien eres que sabes todo esto? ¿Una simple rana una fuente de tanto saber?

- Jajaj no soy una rana tonto, soy Caeles hijo de Dios todopoderoso Rangnor.

Javos se quedó totalmente perplejo, tanto sus ojos como su boca se abrieron sobremanera expresando claramente la sorpresa que sentía en su interior.

-Joder ¡Dios es un puto sapo! – dijo causando la repentina caída al suelo de sus dos interlocutores que dejaron sus piernas volar por el aire.

- ¡Deja de joder maldito capullo! – dijo Deverman soltándole otro puñetazo en la cabeza.

- Vale, vale – dijo Caeles – no te pongas así con el chico, a ver niño deja que me explique, a mi me tienen encerrado en el castillo y con mis poderes actuales solo puedo poseer cuerpos de otros mundos, como estáis asentados en un planeta arrasado por los Consejeros esto es lo mejor que he podido conseguir.

- Ah vale – dijo Javos apoyando la barbilla entre el índice y el pulgar – Deverman a ver si aprendes a explicar las cosas así de bien, con lo mal que lo haces me ha costado un montón aprender lo que me enseñabas.

- Pero serás… - empezó Deverman pero cuando iba a asestar un nuevo golpe Javos saltó atrás sonriendo mientras se quitaba su guante izquierdo.

- ¿Qué prefieres? – preguntó - ¿Lomo o chuletas?

- Dejaos de gilipoyeces – dijo Caeles – esto es importante, los Consejeros tienen gobernadores por muchos mundos, en Amentis no tenemos recursos naturales, así que para mantener el nivel de vida al que están acostumbrados necesitan exportar todo de otros mundos, por eso traicionaron a Rangnor y ahora usan a estos gobernadores para someter y explotar los mundos hasta que deciden destruirlos, os encomiendo la misión de acabar con un gobernador, de esta manera se iniciara la rebelión, es el más joven de todos así que para empezar debería ser fácil. Ahora que sabes como funciona el viajar por las dimensiones deberéis ir al planeta Humgon gamma, buscad y matar al gobernador.

- Hai – contestó Javos con las manos cruzadas detrás del cuello.

- Bien, me voy, os veré después de la misión.

Cuando acabo de hablar la rana se quedó quieta y al momento empezó a hincharse hasta que reventó formando un pequeño radio de sangre y vísceras, Javos alucinó al ver aquello y Deverman le explicó que son los inconvenientes de poseer un cuerpo con tan poco poder, al abandonarlo explota. Dicho esto se prepararon para marchar, Javos se colgó una katana a la cintura y Deverman se puso sus calzoncillos, era hora de ir a Humgon gamma. Cuando los dos salieron por la brecha dimensional estaban al pie de una montaña y delante de ellos se abría una inmensa planicie con bosquecillos y un camino que levaba a una ciudad medieval.

- Que mundo más súper chachi – dijo Javos.

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