- ¡No! No toques eso – chilló a su espalda.
- Tranquilo – contestó – nos veremos dentro de quince años.
- ¿Qué coño dic
Antes de que pudiera terminar su compañero agarró aquella pequeña antena y ambos se fundieron en un destello cegador.
Los tiempos se veían oscuros en todo el mundo, los conflictos internacionales parecían estar a punto de anegarlo todo, pero unos cientificos habían entrado en escena, inventando una pequeña antena electromagnetica que alteraba el clima, con aquel aparato habían conseguido estabilizar todas las zonas, manteniendo un equilibrio que no alterara la fauna y flora de los lugares pero permitiera que las gentes pudieran vivir sin escasez de agua o alimentos y junto con los espectaculares avances medicos parecía que todo empezaba a solucionarse poco a poco.
Todo aquel sistema de antenas estaba controlado por una antena central situada en un laboratorio de la peninsula iberica, lugar donde Miguel descubrió las posiblidades de su proyecto. Pero ahora, diez años después que el sistema se pusiera en marcha la antena central se había desestabilizado, su carga era mayor que la distribución global, lo que en principio era una minucia no tenia salida de quel pequeño cuerpo metalico y se almacenaba. El bloqueo estaba causando alteraciones climaticas en todo el mundo, provocando desastres naturales que estaban acabando con millones de personas. Miguel y todo su equipo llevaban meses intentando descargar toda aquella electricidad que estaba matando al planeta pero sin éxito, no habían encontrado la manera de que aquella inmensa energia abandonara el diminuto punto central del sistema de antenas.
Miguel estaba en su despacho, llevaba varios días casi sin dormir y todo se le hacía grande, estaba preso de una deseperación descomunal, por culpa de omitir la pequeña diferencia de producción y consumo el mundo se estaba yendo al carajo, y junto con él tambien lo haria el suyo. Mientras repasaba los diseños originales su intercomunicador empezó a emitir luces sonoras, contestó y le avisaron que un hombre llamado Aitor que decía ser un antiguo amigo quería hablar con él, que era algo importante. Ante la duda inicial hizo que le acompañaran hasta su despacho y, cuando estubieron solos apartó los papeles para ir a abrazar al viejo amigo.
- ¿Qué haces aquí? – preguntó - ¿Hace quince años que desapareciste? Te dabamos por muerto.
- Bueno creo que muerto no estoy – rió Aitor – creo que teneis un problemilla aquí ¿no?
- Mira dejate de putas bromas, que coño quieres, no tengo mucho tiempo.
- He venido a solucionar ese problemilla, se como descargar la antena.
- ¡¿Qué?!
- Eso, con un conductor que canalice la electricidad a este edificio, es metalico y subterraneo, la tierra ara el resto.
- Crees que no lo hemos pensado, todo lo que hemos usado se ha desecho antes de descarga una infima parte.
- Llevame a la antena y veras como tengo razón.
Miguel llevó a su compañero a la sala donde se controlaba la antena y estubieron discutiendo durante rato la manera de conseguir descargarla. Al ver que el creador no se fiaba de él Aitor decidió hacerle un KO mental para poder tener via libre.
- Mira estos años he estado dando vueltas por todos lados, es lo que tenia que hacer.
- ¿Cómo que lo que tenias que hacer?
- Veras, no es la primera vez que lo hacía, ni sera la ultima, he vivido trescientas veces.
- ¿qu… que?
- Estoy condenado, cuando vivi por primera vez hice algo que cabreo a alguien, y debo pagar viviendo mi vida una y otra vez, ya sabes lo divertida que es.
Ahora ya tenía lo que quería, Miguel estaba con la mirada perdida, pensando si eso era cierto o falso y Aitor aprovechó la oportunidad. Se quitó las zapatillas y fue corriendo hasta la antena, cuando estaba a punto de agarrarla para usar su cuerpo de conductor Miguel apareció detrás suyo gritandole cosas que el ruido electrico no permitia oir.
- ¡No! No toques eso – chilló a su espalda.
- Tranquilo – contestó – nos veremos dentro de quince años.
- ¿Qué coño dic
Antes de que pudiera terminar su compañero agarró aquella pequeña antena y ambos se fundieron en un destello cegador.