miércoles, 27 de mayo de 2009

Grandes frases

Si mi corazón pudiera pensar se pararia (Anonimos - La habitación roja)
Cada día de espera es otro día de desesperación (Cultivada en casa)
Espere tanto tiempo que di con lo inesperado (Posidonia - La habitación roja)
Como lo odio, si vuelve a bajar lo mato (Cultivada en la via)

lunes, 11 de mayo de 2009

Trance de entendimiento

Otro domingo llegaba la noche y en la pequeña iglesia del pueblo el sacerdote iba apagando las velas de la capilla absorto en sus pensamientos cuando alguien abrió las puertas quedándose junto a ellas, escudriñando el interior. El padre se giró sorprendido, no esperaba a nadie y era raro que alguien acudiera allí a aquellas horas, pero aun así avanzó unos pasos hacia las puertas para atender a aquel hombre joven. Cuando se acercó pudo observar la tremenda desesperación que habitaba en el rostro de aquel hombre, cuyos ojos parecían adentrarse hacia las profundidades ausentes de toda luz. Este avanzó también dirigiéndose al cura que estaba quieto esperando su acercamiento con cierta preocupación en su rostro.

- Ven aquí hijo – dijo rodeándole la espalda con su brazo derecho para llevarlo a uno de los bancos - ¿en que puedo ayudarte?

Esperó unos instantes, expectante a la respuesta de aquel inesperado visitante pero este no habló, así que decidió preguntar de nuevo.

- Dime ¿Qué te acongoja de esta manera? ¿Qué ha provocado la negrura que reflejan tus ojos?

- Vera padre – dijo el hombre con una tenue voz – he venido hasta aquí des de muy lejos, esperando que un hombre con su reputación pueda darme alguna respuesta.

- Intentare ayudarte – dijo el cura - ¿Qué te preocupa?

- Dígame, si realmente existe Dios, ¿Por qué me castiga de esta manera? ¿Qué he hecho para merecer una vida ausente de vida?

El sacerdote no contestó, se quedó meditando su respuesta durante unos instantes hasta que finalmente se levantó y se acercó al altar.

- Verás, esa es una pregunta difícil de contestar – empezó – más aun sin saber que es lo que ha acaecido en tu vida, pero que la califiques como una vida sin vida… creo que se a que te refieres, solo te puedo decir una cosa, Dios tiene un plan para todos, Dios ama a todos sus hijos por igual.

En ese momento se giró para mirar a aquel hombre, pero ya no estaba sentado en el banco, saltaba frente a él derribándolo y haciéndole quedar estirado en el suelo mientras el hombre con una furia emanando por cada parte de su cuerpo acercaba su cara a la suya, clavándole la desesperación de aquellos pozos de oscuridad en la mirada a la vez que le decía:

- Entonces no soy hijo suyo.

Entonces sin vacilar alzó el puño cerrado con la intención de hacerlo impactar contra la cara del cura, pero este le aferró el brazo con el que le mantenía anclado al suelo por el cuello y aquello que le había dado renombre volvió a suceder, primero la sensación de desplomarse al vacío a un velocidad brutal y luego la percepción de todo como es, encima suyo seguía viendo a aquel hombre, pero rodeando a su puño había una tenue bruma negra y, sobresaliendo tres él, dos alas blancas resplandecientes se anclaban a su espalda. En ese momento su don entró en la ultima frase y entre pequeñas convulsiones sus ojos se inundaron con un color azul, haciendo que el hombre detuviera su ataque a la vez que él volvía a hablar.

- Destructor – dijo – esa es tu respuesta, ejecutador del trabajo sucio de tu creador, ángel encerrado en una prisión humana, obligado a vivir con la ausencia de aquello que todos reciben sin valorar, hasta que llegues ha eclosionar y acabar con la civilización que te rodee. Tú eres quien da inicio y fin.

El hombre se quedó completamente quieto, su cuerpo ya no temblaba ni lo mas mínimo, pero sus ojos seguían siendo los mismos, aun clavados en los azules ojos del cura. Así permaneció unos minutos hasta que decidió levantarse dispuesto a irse de aquella iglesia, pero el sacerdote le agarró el brazo fuertemente para impedir que se rompiera la unión.

- No – le dijo – debes hacerlo pronto, El te lo ha ordenado, ya lo has hecho antes, es hora de acabar lo que tu originaste.

El hombre se quedó mirando la cara del cura, totalmente inexpresiva en aquel estado de trance de entendimiento, y esbozó una peculiar sonrisa.

- Me temo que aun no – dijo – no recuerdo nada, pero esta vez hay alguien a quien no quiero causar dolor, no puedo acabar con esta civilización, me debo estar volviendo humano.

- ¡No sea idiota! – exclamó el cura – son sus ordenes, y tú no puedes tener lo que quieres.

- ¡Si soy lo que dices tampoco podré morir! – gritó el hombre - ¡Ahora mismo soy un humano, tengo elección! Así que la ramera espera para obtener lo que quiere, esperare y aguantare lo que tenga que aguantar.

- ¡¿Y cuanto crees que aguantaras?! La eternidad es larga, tarde o temprano cumplirás tu cometido.

- Pero será cuando yo quiera, no cuando él diga.

Entonces se zafó del apretón del cura y salió andando con tranquilidad de la iglesia, dispuesto a permanecer en esa prisión humana hasta que la oscuridad de sus ojos le hubiera cubierto por completo.

lunes, 4 de mayo de 2009


Pero cual fue la sorpresa de todos al ver que no salía sangre, es mas, ¡no le habían cortado!

- ¡Pero como es posible esto! - Chilló Deverman

- Esto lo acabo yo - Dijo Javos- y fue directamente hacia aquel ser pervertido.

Llego delante suyo, el monstruo lo intentó matar de un golpe de barriga, pero Javos lo esquivó rápidamente, dio un salto i le pegó un puñetazo en la cara, pero no le pasó nada, su cabeza dio una especie de rebote i volvió a su origen.

- ¡Dios! ¿Que haremos ahora? ¡Este tío es de Goma! – Exclamó Javos

- Lo que esta claro es que este ser no es de la tierra – Dijo Deverman

- ¿Pero podréis matarle no? Quiero decir... parecéis fuertes y eso- Dijo Alfor preocupado.

- Si, claro que si, somos los putos amos- Afirmó serio Javos.

- ¿Pero como lo haréis? – Contestó Alfor Caramelito.

- La pregunta es: como lo haremos, y la respuesta: De eso ya no estoy tan seguro – respondió Javos.

- ¡Dios mío! ¡Vamos a morir todos!- Chilló Alfor.

- Cállate nenaza si no quieres que te arree – Dijo Deverman levantando el puño.

- Senpai no le grites así.

- Es que lo estoy motivando.

- Pues vaya manera de motivar.

- ¡Eeeeee! ¡Pero lucháis o que! – Gritó impaciente el falso feerico mientras daba botes i puñetazos al aire.

- ¡Cállate gordo! ahora venimos, déjanos hablar un momento ¿no? A ver si no vamos a poder ni hablar ahora. – Gritó Javos.

- S...si... perdón.

- ¡Ni perdón ni nada, cállate escoria! - contestó Javos enfadadísimo.

- Vaya Javos, últimamente estas mas serio y enfadado. – Dijo Deverman asustado.

- Chicos, ya que es inmune físicamente hablando, por que no lo probáis con magia.- Dijo Alfor iluminado.

- No sabemos magia somos guerreros – Contestó Deverman

- Yo soy guerrero tu eres mas inútil que una mariposa senpai

- ¡Como te atreves a decirle eso a tu maestro!

- ¡Malditos a luchar! – Gritó el hombre de verde dando un puñetazo al lado de los tres héroes.

- ¡Aaaaaa! – Dijo alfor. – Es así de bestia, así hizo huir a nuestro pueblo, solo en dos días, bueno dos mañanas, porque solo nos atacó de día.

Javos, lleno de rabia, subió por la espalda del hombre gordo pintado de verde, mientras Deverman lo distaría esquivando sus puñetazos, subió hasta que llegó a la cabeza.

¡Rebota aquí si tienes cojones! – Dijo Javos, y le dio un puñetazo en una parte de la cabeza que no tenía grasa. Le dolió pero fue inútil, también reboto.

- ¡Maldito hijo de cerda! – exclamó Javos.

El falso feerico comenzó a reír dando botes con el culo mientras se acariciaba la barriga.

- ¡Dios mío! ¡Por Rangnor! ¡Ahora caigo! Chicos venid – Dijo Deverman.

Los tres se juntaron.

-¿Que pasa senpai?

- ¿Ha descubierto algo Sr. pervertido?

- Si – Dijo Deverman mientras el gordo verde reía creyéndose invencible. – Chicos no se como no me había dado cuenta antes-

- ¿Que pasa senpai?

- Este ser no es de la tierra

- Explícate - dijo Alfor C. Arvern.

- Mirad, antes, tu Alfor, has dicho que este ser solo os atacó de día, por lo tanto he empezado a pensar y he dado en el clavo,

- ¿Te has hecho daño? – dijo Alfor preocupado.

- No, tonto, es una expresión.

- Continua senpai

- Entonces he recordado que en un mundo de la Generación Beta, en un pequeño país existen unos seres llamados Falecor. Unos seres que utilizan la luz solar para hacerse invulnerables contra los enemigos, normalmente por la mañana se vuelven poderosos y con una capa considerable de grasa que repele todo lo que se interpone a ellos, y he pensado que el puede ser uno de ellos, ya que también tienen la tradición de pintar su cuerpo desnudo con colores extraños y formas grotescas como hormigas copulando con elefantes o cabras practicando sexo oral con caballos. Por eso es tan poderoso ahora, por que tiene la luz solar que le hace indestructible, pero por la noche…

- Entonces, senpai, nos estas diciendo que…

- Exactamente, tenemos que entretenerle hasta que se ponga el sol, solo así podremos vencerle.

- ¿Pero cuando falta? – dijo Alfor

- Calculo que unas cuatro horas, cuatro horas larguísimas que después se convertirán en una preciosa y deliciosa venganza que consumiremos cuando caiga la noche – Dijo Deverman con una sádica emoción.

Pero entonces ambos se giraron para mirar a Javos que estaba con la cabeza gacha y le temblaba todo el cuerpo, sus compañeros se estaban empezando a preocupar cuando este alzó los brazos apretando los puños y sus pupilas habían sido sustituidas por pequeños fuegos tan ardientes que centelleaban.

- ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! ¡A entrenar a saco durante cuatro horas! – Exclamó - ¡Súper chachi!

- Si que te ha gustado la idea – dijo Deverman con una sonrisa bajo la mascara.

- Bueno podría desintegrarlo pero este tío es de Alfor – dijo Javos – A demás tengo ganas de hacer ejercicio.

- Pues todo tuyo – dijeron los otros dos a la vez.

Javos se giró y se lanzó corriendo hacia aquel ser verde y obeso con una ansia asesina en la mirada que hizo retroceder a su enemigo. Cuando estuvo frente a él saltó y giró en el aire para incrustar su bota de cuero en la mejilla izquierda del Falecor que cayó al suelo ileso y recuperando la confianza al no percibir dolor. Se levantó y entonces cayó sobre él una lluvia de puñetazos, descendiendo y ascendiendo por su relleno torso produciendo un cosquilleo que causó una risita incontenible. Cuando se detuvo a tomar aliento el Falecor aprovechó y atacó con ambos puños pero Javos los esquivó agachándose y haciendo un voltereta hacia delante alzó su pierna izquierda que impactó contra una zona especialmente sensible, pero que también estaba protegida y no tuvo efecto. Después de una hora de extraordinaria coreografía Javos alzó la mano pidiendo un alto que por sorpresa fue aceptado por su rival.

- Tengo calor – dijo Javos – deja que me quite la camisa esta, el cuero queda de puta madre pero agobia.

- ¡Oye Javos! – Chilló Deverman que estaba sentado junto a Alfor – Ábreme una ventana al armario de las pipas que tengo hambre.

- Joder que pesado – dijo Javos tirando al suelo su camiseta y abriendo la ventana para su maestro.

Cuando se giró hacia el Falecor vio que este estaba con la boca abierta mirando su sudoroso torso musculazo.

- Mmmmm – expresó el Falecor – a ti te dejare vivir.

- Perdóname pero tu no eres mi genero de atracción sexual – dijo Javos – no te enfades.

- Tu tranquilo si no vas a aguantar mucho más contra mi.

Y entonces una nueva coreografía dio comienzo, pero el Falecor se equivocaba, Javos aguantó estoicamente ante él y durante tres horas continuó golpeándole sin dar tregua y sin se herido ni una sola vez, aquello no era nada comparado con la época en que Deverman le ató un elefante a cada extremidad y le obligaba a correr durante dos semanas seguidas recibiendo un puñetazo cada vez que se detenía, de ahí consiguió la increíble resistencia a los golpes, era lo único que podía hacer para poder descansar.

El Falecor no daba crédito a lo que veía y fruto de su sorpresa nació el olvido del sol, para cuando se percató el sol ya no era mas que un pequeño arco sobre el horizonte montañoso, entonces empezó a notar como su cuerpo se aligeraba y cuando el sol desapareció por completo el Falecor desapareció en medio de una repentina nube. Aprovechó la sorpresa y salió corriendo para esconderse en alguna parte pero Javos era más rápido que su nuevo y enclenque cuerpo y enseguida le dio alcance. Cuando se detuvieron Javos desenvaino su katana y apuntó al Falecor.

- Aquí se termina nuestro juego – dijo Javos – Ahora toca la venganza.

- Se os olvida algo – dijo el Falecor – yo puedo usar la magia.

Al oír eso Javos esbozó una tenue sonrisa que provocó un escalofrió que recorrió toda la espalda del Falecor.

- En otra vida no dejes que te estén golpeando durante cuatro horas – dijo Javos – puedes ser muy resistente pero no lo rechazas todo.

Entonces el Falecor miró su torso y el miedo se hizo uno con él, allí los en principio aleatorios golpes de Javos habían dejado unos morados que formaban un rudimentario sello supresor de magia.

- T… tú – balbuceó el Falecor – no puede ser, ¡No puedes haberme hecho esto!

Pero era demasiado tarde, el sol había desaparecido y aquel sello estaba grabado en su interior con su propia sangre, no podía hacerlo desaparecer, estaba perdido. Javos abrió un portal a su espalda y llamó a sus compañeros, cuando estuvieron junto a él Deverman cogió al Falecor por el brazo adivinando las intenciones de su pupilo.

- Bien Alfor – dijo Javos – es hora de recuperar tu honor.

Entonces Deverman empujó al Falecor por el portal y ellos tres fueron detrás saliendo en el poblado de Alfor donde la gente les miraba extrañados.

domingo, 3 de mayo de 2009


Deverman y Javos llegaron a casa y solo llegar se jugaron a piedra, papel y tijera quien se qudava con el vater. Como siempre ganó Javos.

Deverman se quedo fuera de la casa mietras mirava el huevo intentando imaginar que bicho saldría de allí.

Primero imaginó un precioso e inmenso dragón alado que lo llevava volando sobre su espalda viendo un maravilloso paisaje mientras Deverman se comía un helado de cacahuete caramelizado con fresa, cactus y crema de hijo chumbo, su preferido con diferencia.

Luego su imaginación, ya pervirtiendosele, se imaginó una especie de dialblesa con alas de dragón vestida de cuero con un poderoso latigo que rebotaba en su culo, hiba haciendo gemidos eróticos y le decía: ¿Quien es tu mami? Vamos pideme que te pegue más fuerte pervertido asaqueroso.

Javos salió de la casita despues de vaciar su estomago y encontro a su maestro en el suelo con los calzoncillos vajados diciendo: Oh! Si! Dame mas fuerte zorra!

- Ehhh Sempai... – Dijo Javos extrañado-

Devrman volvió al mundo real.

-Eeeeeee..., vamos Javos, Caeles aparecera enseguida- dijo el subiendose los calzoncillos e intentando mostrar tranquilidad como si no hubiera pasado nada.

- Vale- Dijo Javos rascandose la cabeza.

En aquel momento apareció un ratoncito delante de ellos.

- Buen trabajo chicos! – Exclamo el raton.

- Hola señor- Exclamaron Deverman y Javos perfectamente al unisono.

- Bueno chicos os felicito gratamente, lo habeis hecho de fabula, bueno os dare la proxima mission ahora mismo. Teneis que ir Herker un nmundo de la generación Gamma, haber si podeis con el gonernador de allí, es un poco mas fuerte que el enano.

- ¿Pero como sabes lo que hicimos?- Dijo Javos extrañado.

- Tengo mis contactos bueno, hasta la vista babyes.

Y el raton estallo en millones de pedazos.

Deverman y Javos pusieron el huevo dentro de la cama tapado con mantas.

Javos se concentro intentando encontrar el mundo, abrió un portal y fueron allí.

Aparecieron delante de un pequeño pueblecito escondido con casas improvisadas y se dispusieron a entrar.

- Hola gente humilde ¿alguien puede decirme donde esta el gobernador?venimos a darle una muerte lenta y cruel.

La gente sonrió con felicidad, y en aquel momento de la cabaña del fondo, que era la mas grande salió un hombre con armadura de hierro, con una maravillosa espada, y con una gran capa roja con bordes dorados, se planto ante ellos, se quitó el casco y apareció la cara de un joven con muchos morados y alguna que otra cicatriz de rasguño.

- ¿Hola forasteros que buscais aqui, es cierto que venís a ayudarnos?

- Si- Contesto Javos- venimos a rebentarlos a todos.

- Fatastico, dejenme que me presente soy Alfor C. Arvern hijo de Falern Arvern antiguo alcalde de la ciudad donde el gobernador nos expulsó y ahora vive el.

- ¿De que es la C? – Pregunto extarñado Javos.

- De... nada, nada. – Respondió Alfor quitandole importancia.

En aquel momento un niño sa acerco a nuestros amigos y tiradole del jersey a Javos le dijo: La C es de Caramelito.

Todos rieron.

- No tiene gracia- Dijo Alfor – Se dio la vuelta i cuando se dispuso a dar un paso adelate tropezó y se dió con la nariz al suelo, la cual comenzó a sangrar. De una casa salió una preciosa joven castaña de ojos verdes, pasó por delnte de Alfor le escupió y mietras se iba le dijo: Te odio y siempre te odiaré, eres una mierda y siempre lo serás.

Seguidamente se acercaron unos niños que le dieron unas cuantas patadas.

Al cabo de escasos segundos se cansaron y regresaron a sus casas y el resto de la gente también.

Javos se acercó a Alfor.

- Caramelito, ¿porque no los odias, porque dejas que te hagan esto?

- Porque tienen razón, no pude defender a nuestro pueblo del atacque del gobernador, siempre he sido malo en todo lo que hacía, estoy perdido y confuso, ademas mi padre está enfermo y ni el confía en mi. – Le confesó Caramelito a Javos mietras llorava abundantemente y la nariz se le llenava de sangre y mocos.

Javos se vió reflejado en aquel chico, le puso sus manos en sus mejillas y le dijo:

- Companyero, hermano, vamos a matar a el gobernador y a sus secuazes y tu te llenaras de gloria para tu pueblo y jamás se atreveran siquiera a tocarte.

- Vale, pero por favor no me aprietes tanto que me haces sangrar.

- Un momento- Dijo Deverman- que significa que se llenara de gloria y todo esto.

- Pues que el vendrá con nosotros maestro. – Respondio Javos serio y con mirada penetrante.

- ¿Que? – Responieron melodica y sencronizadamente Deverman y Caramelito cual pájaros silbando melodías epicas entre los arboles de los bosques.

Javos hablaba completamente en serio así que no hubo manera de hacerle retractarse de sus palabras y los tres iniciaron el camino hacia el pueblo donde se había asentado el gobernador. Tardaron un día entero en llegar, allí Javos y Deverman observaron la ciudad vacía, al parecer todos habían abandonado el pueblo por orden del gobernador, cosa que alegro a Javos y a Deverman, así no tendrían limitaciones a la hora de cumplir su misión, pero Alfor estaba temblando de miedo debido a su anterior experiencia con el gobernador, les dijo que no era humano, era un ser verde de grandes ojos negros que usaba raras artes, al escuchar eso no tuvieron ninguna duda, el gobernador era un feerico, sin duda aquellas artes era magia.

Avanzaron por la ciudad en dirección a la casa del alcalde pero a mitad de camino unas pequeñas plantas que había en los laterales de la calle crecieron en un instante y bloquearon el camino, los tres compañeros se pararon y Alfor empezó a chillar “Oh no esta aquiiiiiii” Deverman le hizo callar con un puñetazo en la cabeza y le dijo “Veras que hago yo con esa mierda de planta” pero cuando se giró Javos había desintegrado la planta.

- Serás carbón – dijo Deverman – nunca dejas que me divierta.

- ¿Que coño sois vosotros? – pregunto Alfor.

- Nosotros – dijo Deverman – somos sombras acechando, esperando el momento adecuado para atacar a estos gobernadores que oprimen a los mundos de Rangnor, sigilosos y implacables, no nos ven si no quere…

- ¡Eh tu! Feerico verdoso – grito Javos rompiendo el ambiente que había creado su maestro – sal que te pateemos el culo.

- Será idiota – murmuro Deverman.

Para sorpresa de todos el feerico le hizo caso y salió a la calle impactando a nuestros dos amigos al ver que era un hombre pintado de verde y con gafas de sol. Pero aun así se había aparecido, por extraño que pareciera sabia usar la magia.

- ¿así que patearme el culo eh? – dijo este.

- ¿Qué eres tú? – pregunto Deverman.

- ¿No lo ves? – dijo el hombre – soy un feerico.

- Y una mierda – contestó – eres un pringado pintado de verde y con gafas de sol.

- Eso quiere decir que también es de la tierra – dijo javos.

- ¿eres terrestre? – pregunto el hombre.

- Si.

- Que guai – dijo – yo también efectivamente.

- ¿y como usas magia? – pregunto Deverman.

- Pues usándola – dijo el hombre – es fácil.

Mientras Deverman y el hombre pintado de verde discutían sobre la dificultad de el uso de la magia Javos se acercó a Alfor y le dijo algo al oído. Entonces volvió con su maestro y le mando callar.

- Déjate de tonterías – dijo Javos – Alfor tiene algo que demostrar, no pienso hacer el idiota con un pringado que se pinta el cuerpo y no se viste, hoy acabamos rápido.

La manera de hablar de Javos hizo que Deverman se sentara poniendo morritos sabiendo que esta vez tampoco se divertiría, entonces Javos abrió un portal frente a Alfor quien introdujo su espada en el y la punta salió por la frente del hombre pintado.

- Que flipada – dijo Deverman – como mola, sacala que tengamos una fuente de sangre.